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martes, 12 de abril de 2011

Entre mis papeles.

Llego a mi vida como alguien “mas”, resulto ser eso que nunca “mas” querría soltar, fue metiéndose poco a poco en mi vida, hasta que simplemente termino rigiéndola.

Mis noches eran para sus buenas noches, mis mañanas para despertarle con un mensaje que le alegrara el día y le recordara cuanto le amaba, mis besos se acumulaban para ese momento donde me dedicaba de lleno a demostrarle todo lo que llevaba dentro.

Suceden cosas diarias que se van acumulando en tu memoria, y luego son como imposibles de sacar de ella, terminas recordando, reconstruyendo momentos, sintiendo que vives nuevamente, recapitulaciones que pueden terminar atormentándote.

Amarte jamás pudo ser algo que llegara a agotarme, a cansarme, era algo de lo que lograba alimentarme, animarme, ayudarme, me hacia disponer cuando quisiera ese botón propulsor que generaba sonrisas tan necesitadas como inmediatas.

Cuando sentías miedo yo era ese refugio que te daba protección, seguridad, el que no permitiría que algo te llegara a pasar. Cuando llorabas, yo era ese pañuelo que secaría tus lagrimas, y en sonrisas las transformaría, y en cada huella de las lagrimas un beso colocaria.

En cada momento clave yo sería ese pilar irremplazable, ese apoyo inigualable, que no podría hacer más que estar allí.

Cuando soñabas, allí estaba yo para hablar de ello y de alguna manera lograba hacer más grandes tus sueños, esperando impacientemente ese día en el que dejaran de ser ESO y comenzaran a ser realidades.

Mis días pasaban con su presencia, con sus peleas, alegrías, pero esas fragancias de perfección que se respiraban me hacían entender que no todo podía ser color de rosa y que las malas rachas simplemente había que aceptarlas, canalizarlas y así mismo superarlas.

Yo me entendía con sus besos, con sus manos, con sus abrazos, sus labios se encargaron de establecer relaciones cercanas conmigo, sus abrazos se encargaron de ser perfectos para los míos, y su voz se dedico a ser la preferida por mis oídos.

Todo se encontraba disperso pero ese camino que llamamos destino que te puso junto al mío, nos encamino a la misma dirección que simplemente un día se descarrilarían y tu terminarías tu con tu vida y yo con la mía.

Sin embargo hay un punto común en nuestros caminos, los dos quisieran ser nuevamente amigos y caminar en la misma dirección, pero resulta que la distancia a recorrer se termino.

IvannaToyo.

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