Nos enseñan desde pequeños que toda pregunta va de la mano con una respuesta, y con el paso del tiempo y mientras nuestros años se van acumulando nos damos cuenta que no siempre recibiremos respuestas, y muchos menos las que esperamos.
“Lo que no dices, me lo invento.”
Es como una regla, toda pregunta merece y debe llevar una respuesta, y que pasa cuando falla esa regla, y nos quedamos con preguntas VACIAS sin respuestas, y todo lo que recibimos es un silencio que tendríamos que interpretar como mejor podamos.
“Dame razones para no buscar respuestas en mi cabeza.”
La cuestión es que SIEMPRE recibimos respuestas, debemos aprender a interpretar los silencios y cualquier “respuesta” camuflajeada que recibamos, debemos aprender a leer entre líneas, siempre querremos una respuesta estructurada, con palabras, pero debemos buscarlas entre lo que nos es dado.
“Lleno los espacios de silencio con cosas que me invento.”
Dicen que para conseguir las respuestas precisas debemos hacer las preguntas EXACTAS, asi que debemos encargarnos de formular mejores preguntas, y así conseguiremos mejores respuestas.
“Cuando el no escuchar nada te hace pensar TODO.”
Aunque nos esmeremos por hacer excelentes preguntas, siempre existirán esas PESIMAS respuestas, que no tienen nada que ver con el tema, o que simplemente nos dejan en medio de la NADA. Sea como sea todo este juego de preguntas y respuestas, debemos leer, entender, interpretar lo que tenemos, y actuar a partir de ello.
“Los silencios en ocasiones son mejor que las palabras.”
“Todos recibimos respuestas camuflajeadas, quitamos el camuflaje y encontramos la respuesta desnuda.”
IvannaToyo
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