Las
heridas del corazón, no son nada diferentes a las que puede sufrir el resto de
nuestro cuerpo, resulta que cuando nos lastimamos algún musculo, alguna articulación,
algún hueso, debemos cuidarlo, seguir un respectivo “tratamiento” y “cuidado”,
para que en su debido momento esa parte afectada pueda volver a su normalidad.
Todos sabemos que siempre hay diferentes grados de heridas, de fracturas y que
dependiendo de la gravedad de las mismas el cuidado es diferente o más intenso.
¿Por
qué tendría el corazón como musculo ser diferente al resto?, Si pensamos un
poco, nuestro corazón sufre, puede ser “roto”, “lastimado” pero realmente ¿Le
prestamos la atención que necesita para recuperarse de alguna “herida”?. Tener
un yeso, un collarín, es para cuidar que nuestro instinto, nuestros reflejos,
no nos pongan en una situación de dolor, en la que olvidemos lo lastimado que
estamos y por mera reacción nos hagamos más daño.
Nuestro
corazón por otro lado lo llenamos de barreras, eliminando así cualquier tipo de
idea que apoye volver a sentir, todo por miedo a que algún movimiento en falso,
alguna oportunidad que nos demos a darle paso a los sentimientos termine en
sufrimiento. No contamos con yesos que protejan nuestro corazón de alguna
fractura, pero el amor puede curar hasta la más crítica de las heridas.
Es
indudable que al romperte el corazón
luego te cuesta seguir, aprender a querer nuevamente, dejarte querer se hace difícil,
los traumas existen y las personas con miedo a amar no están fuera de esta
realidad. Cuando algo te lastima, te cae mal una comida por ejemplo, luego
no es fácil para nosotros volver a tener lo que nos hizo daño cerca, somos
humanos y es algo nato, no será fácil para nosotros volver a comer con la mayor
tranquilidad eso que ya nos cayó mal y nos hizo pasar un mal rato.
Sin
embargo debemos recordar algo importante, por más que tengamos un yeso, vendas, para ayudarnos a sanar heridas y
aporreos, se recomienda poco a poco mover el musculo o hueso afectado porque la
idea NO es olvidarnos de eso que nos duele e inmovilizarlo, la idea es SANAR,
curar la herida y solo se logrará practicando, poco a poco la movilidad regresará a ese musculo que se lastimó, de lo contrario
el musculo nunca más volverá a ser el mismo y nos afectará el resto de la vida.
Esto
quiere decir que no podemos de repente vetar una vida entera de emociones al
corazón, a pesar de que seamos lastimados. Eso pasa, todos en algún momentos
somos víctimas de algún ataque al corazón y de los desaciertos de “cupido”.
Cerrarnos a cualquier posibilidad de felicidad le sería inútil al corazón, un
musculo sin uso que al final del camino no sería más que inservible. Así que
siguiendo lo “normal”, al musculo hay que comenzarlo a mover nuevamente hasta
que este vuelva a su normalidad y esté listo para una vez más dejar entrar otra
persona y amar.
No puedes inhabilitar tu musculo solo por miedo, por darle paso a la razón
y no preguntarle ¿Qué opinas? Al corazón. El mundo en ocasiones nos golpea, la
vida nos trata mal, nos enseña por las malas mientras que por las buenas nos
brinda cosas maravillosas, pero no todo caerá del cielo, lo que queramos
debemos lucharlo y el amor no es para esos que se quedan sentados esperando lo
que se les atraviese al paso. Para amar hace falta mucho más que un musculo
andando, pero sino nos disponemos a hacerlo andar, nada más podrá pasar.
Del miedo nunca nada bueno saldrá, podemos haber sido lastimados, las
fracturas dejan huellas en los huesos, las heridas dejan cicatrices en la piel,
el corazón no es caso aparte, pero lo que si debemos apartar son las cicatrices
que nos recuerdan que pasó y con esto que existe un PASADO y un presente el
cual no debemos desperdiciar por miedo a amar, a vivir o a sentir, poner tus músculos
a andar y recuperar su efectividad sería lo más sabio a intentar.
Todo se puede enredar cuando crees vivir en el presente pero recuerdas tanto el pasado que terminas allí atrapado, cuando algo no está totalmente superado en el pasado no será dejado, si tienes cosas pendientes con tu pasado, no tardes en arreglarlo o recuperarlo, el presente te da el escenario y el futuro espera por ti para hacerlo posible.
IvannaToyo